martes, 4 de septiembre de 2007

¿Indeciso yo? (1)

-Bueno Fulgencio- le digo a mi enano matero- Al fin parece que volvimos.

-¿Le parece? Yo creo que nunca nos fuimos.-
-Fíjese que una prueba de que nos fuimos y volvimos es que estrenamos el "guión de diálogo"- le digo convencido.

Fulgencio ceba uno amargo y uno dulce, ya les había comentado que soy bisexual para el mate. Frunce el seño mientras lo hace y con su movimiento la boina se tambalea.

-Cuéntese algo de su país Fulgencio, así la gente conoce un poco más. Me gusta creer que este es un medio de conocimiento. Aparte su país tiene un toque mágico, casi... irreal.

-Le aseguro que es muy real, demasiado para mi gusto- dice sonriendo.

-Verá, en mi país -continua contando-existe un gremio interesante. El gremio de los indecisos.
Usted sabe que casi todo esta regulado en forma de agrupaciones de individuos con intereses afines.

-¡Qué definición de Diccionario Fulgencio!-

-Pero no por eso irreal. Sólo técnica y algo fría. Como le decía, uno de los gremios más importantes es el de los Indecisos. A diferencia de los demás gremios para ser parte de los él no hace falta una inscripción. La mayoría de ellos aún no decide si quiere o no ser parte de la agrupación.
Recuerdo todavía a Ricardito, él fue el la persona que me llevó a conocerlos. Me lo encontré una tarde que fui a comprar corbatas al centro. Estaba batallando con la duda tratando de decidir si llevarse una corbata amarilla con rombos violetas o llevarse una de color marrón cartón con arabescos celestes. Evidentemente, le aconsejé que no se llevara ninguna de las dos y como muestra de su gratitud, al haberle solucionado tamaño problema, me invito un café. Ahí descubrí las sorprendentes historias del gremio de los Indecisos.


Herminio, no nato

Nada embellece más a una mujer que el embarazo, eso es por todos conocido. La embellece el hecho de que todos comparten su alegría. No fue diferente para Elenita. La hija menor del rengo Herrera. Se había juntado con Erminio el sobrino del bicicletero. Erminio había adquirido su nombre gracias a la proverbial laxitud ortográfica de la gorda del registro civil. Se rumoreaban los bares que en realidad lo que poseía la mencionada gordita, era una innata facilidad para la poesía y por eso inventaba nuevos nombres todo el tiempo. En la plaza se decía que era bruta.

Pasado un tiempo de convivencia, Elena descubrió que estaba en "estado interesante" y no demoró en comentarle a Erminio las buenas nuevas. Se supo después, por la curandera del barrio, que se esperaba a un varón, posiblemente habilidoso con la pelota, que tendría la tendencia a despejar los centros hacia el medio del área (situación que le cerraría las puertas de casi todos los clubes de fútbol del país, pero esa es otra historia)
Como es la costumbre, insana por cierto, la feliz pareja decidió perpetuar el nombre del padre en el hijo. Pero se aseguraron que este "Herminio" fuera con hache, para tener una diferencia tangible.
Se esperaba el parto para julio, justo después de la Fiesta de la Sandía Remolona. Se imaginará la impaciencia de los parientes cuando, llegó Octubre y no se había producido el nacimiento.
Erminio, padre, consultó a la curandera que le informó con pesar que se debía tratar de un Indeciso. Herminio, hijo, no se decidía a nacer. Estaba en la duda. No tenía el coraje para enfrentar a tanto pariente esperando verlo.
Esto se supo unos años después cuando Herminio, hijo, pudo hablar desde la panza de su madre.
Comentó al mundo, que insistía con el leiv motif de su nacimiento, que "Él no iba a aceptar presiones de ningún tipo y que iba a nacer cuando quisiera."

No hubo amenaza de desalojo que pudiera hacerlo cejar en su desición o mejor dicho en su indecisión. Se llegó incluso a culpar a la madre, pero ante el evidente inconveniente que le causaba la panza a la pobre Elenita, se desestimó la vil denuncia.

Ni siquiera la intervención de su novia (siempre hay un roto para un descocido) lo pudo hacer nacer.

Según tengo entendido nació hace unos años, al fin. SIn embargo sigue torturado por la indecisión. No sabe si volverse al vientre materno. Aunque dudo que encuentre el camino de vuelta.


El hombre con más suerte del mundo

Atilio Benítez, "el facha" para los amigos. Se trató de un legendario caso del gremio de los Indecisos. El problema de Atilio no era grave, según la óptica de todos los demás, sino más bien entretenido.

Atilio tenía demasiada facilidad para conquistar mujeres. El problema era que no se decidía por ninguna. Pero no terminaba con ellas, como cualquier ser humano decente, al descubrir la indecisión; sino que seguía con las relaciones. Llegó a manejar en su buena época hasta 50 noviazgos al mismo tiempo. Tenía una innata capacidad para la organización del tiempo y del dinero. Las damas, perdidamente enamoradas de él, preferían el calvario de su indecisión a perderlo definitivamente. Aparte, cuando alguna de ella lo dejaba, Atilio conseguía una nueva que engrosaba el lote.

Así vivió durante 20 años, disfrutando de las delicias de la compañía femenina. Llegó a convivir con 10 de sus novias al mismo tiempo. "El harem de Atilio" le decían las viejas a la casa de la particular familia. Sin embargo no era todo armonía dentro de la casita. Se imaginará el problema de celos y resentimiento que existía entre las novias del Atilio. Se hablaba de vestidos rotos, zapatos de tacón desaparecidos, cafés salados y pucheros endulzados. Cada una de ellas compartía con el amo su amor, pero le exigía que se decidiera por alguna.
Las cenas en la casita de Atilio eran verdaderas batallas campales.

Para sorpresa de todos, Atilio se suicidó una mañana de un tiro. Prefirió morir a seguir aguantando sus reproches, bataholas y lágrimas.

Sus viudas se vuelven a ver en los aniversarios de su muerte en el cementerio, solo para no saludarse.



-¡No lo puedo creer Fulgencio! Esto debe ser uno de los relatos más raros que me ha contado. ¿Por qué no me sigue contando?

-Porque me he quedado sin agua para el mate. Aparte no quiero largarle todo de golpe. ¿Podrá aguantar hasta mañana?-

-¡Aguantaremos!-.

CONTINUARÁ
(¿O NO?)