jueves, 2 de agosto de 2007

De la cursilería y otras yerbas... (estudio telúrico de la frase de amor)

"...sin embargo, una cosa es ser "romántico", otra muy distinta es ser "cursi"."

"Cuál sería la diferencia Fulgencio? temo haber creído ser romántico cuando en realidad fui cursi."


"Veamos," dice el Fulgencio, "ser cursi es a ser romántico, lo que es Cohelo a Borges.
Parece que tuvieran un gusto parecido, pero en realidad el primero esta lleno de frases vanas y repetidas, mientras que el segundo esta lleno de originalidad."

"La cursilería se la debemos a los poetas baratos que caen en frases trilladas, sin saber realmente el significado de dichas frases."

"Supongamos una amada. Bauticémosla Francisca.
Supongamos ahora un balcón y a Francisca asomada a él.
Dotemos a la escena de un amado, Rogelio y coloquémosla en una ciudad Romántica, como puede ser Coronel Pringles.

Describamos un poco a Francisca. Digamos que a pesar de sus 54 años, su joroba, los 2 dientes que le faltan del lado derecho, y las manchas de tabaco entre sus dedos, a pesar de esto, es una mujer bella.

Rogelio es pelado, sí señor, pero resistente. Tiene 5 pelos perfectamente individualizados que le cruzan la cabeza como meridianos. Es petizo y cuando camina rápido renguea.

Veamos ahora como funciona su relación bajo un marco cursi y bajo un marco romántico:

Cursilería:

Rogelio se acerca con un ramo de flores a la ventana de Francisca. Cuando la ve, se arrodilla y dice: "Francisca, sin usted me muero. Cuando me mira, siento fuego dentro de mí. El amor me ha traído hasta a usted, para pedirle que se case conmigo. Cupido me ha flechado. Francisca yo la amo. Es usted la mujer más hermosa del universo."

Romanticismo:

Rogelio llega ala casa de Francisca. La ve asomada al balcón. La mira a los ojos y dice: "Panchita, ¿vamos a caminar juntos?"


He ahí la diferencia."

"¡Eh!" le reprocho a Fulgencio, "¡Pero en el segundo caso Rogelio no dice nada!"

"Justamente, ahí esta la clave. Fíjese, que en el segundo momento, Rogelio mira a Francisca a los ojos, le remarqué este hecho, y le dice con la mirada todas esas cosas que no se pueden decir con la palabra.
Te amo, te adoro, te extraño; son en definitiva, frases carentes de sentido, palabras desgastadas como un billete. Manoseadas, sucias, que se entregan ante cualquier transacción. El romántico sabe distribuir sus silencios, sus miradas, sus apretones de manos, para dar a entender lo que quiere decir.

Fíjese además otra cosa. La persona cursi, el hombre cursi, regala flores, porque no conoce en realidad a su amada. Le regala flores porque no sabe que regalar y sospecha que va a quedar bien con esto (lo que es lamentablemente cierto) ¿Sabe cuáles son los mejores regalos (esos que gritan "te amo" a los 4 vientos)?

Te regalo guantes, porque sé que no soportas el frío en las manos.
Te regalo un pañuelo, porque sé que te emocionan las novelas de la tarde.
Te regalo una lapicera y un cuaderno, para que seas vos mismo.
Te regalo una tarde de tranquilidad, porque sé que la andas necesitando.

¿Me comprende?"

"De a poco voy entendiendo. Sin embargo es muy difícil no caer en la cursilería. Sobre todo cuando uno se dedica a poner apoditos tipo "negra", "flaquita", "cosita", etc."

"¡Ojo!", me dice Fulgencio mientras frunce el ceño, "hay cosas que se dicen por ternura. Estos "apodos" son tan cortitos que, dichos con el tono adecuado, exudan ternura."

Igual hay que tener en cuenta qué apodo se utiliza. Muchas veces, sirven para reafirmar algo. Supongamos un muchacho gordito, al cuál le avergüenza su estado. No permite que nadie le diga nada. Sus amigos saben que su panza es asunto vedado. Sin embargo, se derrite de ternura cuando su novia le dice "gordito mío" ¿Se da cuenta el por qué?

"No la verdad, de hecho si a mi me dijeran "gordito mío", le escupiría en el ojo"

Fulgencio se ríe a carcajadas. Cuando se calma dice: "Ella le esta diciendo, sé que te avergüenza. Conozco tus debilidades. Igual te acepto como sos. Esas cosas, que vos creés tan terribles, no afectan mi amor por vos. Eso es romanticismo."

"Ahora sí comprendo Fulgencio. Dígame, sólo por curiosidad, ¿qué paso con Francisca y Rogelio?"

"Se casaron y se fueron a vivir juntos. Francisca siempre tuvo miedo de no poder amar a Rogelio como él se merecía. Rogelio le rompió el corazón cientos de veces. Generalmente discutían por tonteras, a veces por cosas serias. No vivieron una vida en la opulencia. Se hicieron viejitos. Rogelio murió de cáncer fulminante. En 3 meses se consumió por completo.
Francisca le sobrevivió 4 años, siempre encerrada en su casa. La encontraron muerta dormida, en la misma cama que compartió con su marido. Del lado de la cama que ocupaba Rogelio, encontraron sus pantuflas, su pijama y el vaso con agua que todas las noches llevaba el viejo antes de ir a dormir. Francisca lo había conservado todo tal cual."



"¡Pero qué triste final! Ahora me voy a quedar triste toda la mañana."

"¿Por qué? la muerte es lo más normal del mundo, no tiene porque ponerlo triste."

"Justamente, eso me entristece. Si hay algo que es cursi, por lo trillado, lo repetido y común, es sin duda la muerte."

Mi enano, mira fijamente su mate.


Por primera vez el que se queda pensativo es él.