jueves, 8 de noviembre de 2007

De la crueldad con uno mismo...

Volví y no vengo de buena onda.

Hace poco mi hermano me comento algo que quería charlar con Fulgencio.

Dentro del trabajo que posee mi hermano, existe sin duda una arista desagradable en extremo. Verán, él trabaja en la policía científica (policía científica es sin duda un oxímoron) y parte de su trabajo consiste ir a constatar las muertes que se produzcan ya sea por accidentes de tránsito, por suicidios o por homicidios.
Ayer me comentó algo que me puso los pelos de punta Fulgencio.

-A ver ¿Qué puede haber sido tan terrible que me lo ha dejado trastornado? Fíjese que me esta volcando el mate.-

-Resulta que hace 2 días le tocó ir a verificar un suicidio. Llegaron a las casa del difunto y lo encontraron colgado del techo. El nudo lo había hecho con un cable, de ese tipo coaxial -.

Fulgencio me mira. Tiene el frasco con yerba en la mano, esta absorbido por mi historia ¿Es morbo lo que brilla en el fondo de su ojo? Me comenta en un segundo:

-Hasta ahora no encuentro nada de extraño. Hay gente que no puede tolerar la vida y decide quitarse lo que le regalaron.-

-Es que no me deja terminar Fulgencio- continúo – lo macabro es cómo encontraron el cadáver. Verá, se trataba de una persona joven de unos 24 años, había armado un muy buen nudo con el cable, pero se ve que, una vez decidido a quietarse la vida, se arrepintió. Lo encontraron con la punta de sus dedos entre su cuello y el cable que lo rodeaba, como si estuviera tratando de luchar por liberarse de la muerte. De hecho la silla en la cual se había subido para saltar, estaba enganchada en la punta de sus pies. Sospechan que, arrepentido, habría tratado de volver a hacer pie en la silla y no lo consiguió-.

Fulgencio esta un poco pálido. Me parece que se atragantó con saliva. No puedo evitar continuar.

-Aparte del evidente problema de que cuando uno elige acabar con su vida, debería tratar de no ser cruel con uno mismo (un tiro en la boca y listo) existe además otro tema que es en realidad lo que me pone los pelos de punta.
Este chico se arrepintió, quizás sólo quería llamar la atención. Intentó liberarse del suplicio que se había inflingido. Esa desesperación es la que no puedo tolerar ¿Cómo es posible que no haya podido liberarse? ¿Qué pequeños o grandes hechos lo llevaron a tomar la terrible decisión? ¿Qué pecados, grandes o pequeños; había cometido para merecer una muerte tan horrorosa? ¿Cuáles fueron sus pensamientos cuando luchaba por sobrevivir?
¿Qué extrema crueldad fue responsable de este hecho? ¿En el camino del destino, tuyo mío, cuáles son esos pecados, esos actos, esos desprecios que nos van a llevar a nuestro destino?
No sé Fulgencio, la realidad me parece cruel, pero espero que contándolo, al menos sirva para evitar que algún desubicado elija terminar con sus días de una manera tan cruel para consigo mismo.

Volveremos otra vez en esta semana, lo prometo. Saludos.

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