jueves, 19 de julio de 2007

Por el placer de contar...

A veces es necesario contar algo sin tanto preámbulo.



"Sucedió entonces que desapareció todo el color verdede mi país. Así. De golpe. De un día para el otro.

El pasto, los tallos, los viejos degenerados,las ranas y sapos, todo, perdió su color verde. Fue reemplazado por un gris opaco y sucio, que hacía acordar al aliento de los colectivos.
Las niñas que tenían los ojos del color desaparecido parecieron, en un segundo, mucho más viejas que de costumbre.

El verde, el color que significaba tantas cosas, la vida, la esperanza, la inmadurez, se perdió completamente.

Al principio, se trató de tomarlo de una manera mesurada, pero pronto las cosas se salieron de control.  Se organizó una búsqueda total para ver si quedaba aún algo verde en el país, arrojando la conclusión de que no quedaba nada de nada.

Ante el hecho consumado, se trató de "componer" una descripción del color verde para las generaciones futuras.

Algunos abogaron por una descripción meramente poética, otros preferían una explicación científica. Se trató en vano de llegar a un acuerdo pero resultó imposible. Cada uno veía, o mejor dicho, recordaba , al verde de una manera distinta.

"Color Verde: resultado de la mezcla del amarillo y el azul", fue rechazada porque al mezclar el amarillo y el azul ya no se podía obtener el color verde.

Otra de las rechazadas fue: "Color Verde: es un color alto, de nariz esponjosa. Se lo suele ver acompañado de otros colores como el violeta y el rojo. Tiene manos callosas ya que acostumbra trabajar la tierra."(Anulada porque el color rojo no quizo participar)

"Color verde: el color del beso que me dio María Luisa" (rechazada porque no se sabía de qué María Luisa se trataba y no se alcanzó a besar a todas las María Luisas del país)
                                                                                                                                                                                             

La crisis del verde, como se llamó al problema, influyó, sobre todo, en la poesía de la época que a dado en denominarse "La era gris". El conocido autor Arnaldo Darragueira, representa quizás el mejor ejemplo de la rima de esta época, con su conocido poema "yo te quiero viva, yo te quiero gris" del que transcribimos un fragmento:

No deseo, alma mía,
que no seas feliz.
yo te quiero viva,
yo te quiero gris.

Gris, como el tallo de la rosa
Gris, como la hierba más hermosa,
Gris, como tus ojos de esmeralda,
Gris, como ese lunar de tu espalda.



Pasado un año del incidente, se comenzó en todo el país una campaña para devolverle el color a los elementos que lo habían perdido. Se reclutaron voluntarios que, desinteresadamente, se dedicaron a regalar un nuevo color a las bellezas desteñidas.

Una vez reunido el equipo necesario, se llamó a un plebiscito para elegir los nuevas tonalidades para las cosas. Los resultados fueron asombrosos. Se descubrió que el 80% de la población prefería el césped de color azul. Se supo que la mayoría prefería que las margaritas tuvieran el tallo blanco, con puntos violetas y se concluyó que el color ideal para los sapos era el rojo. Así se pudo paliar, de una vez por todas, la crisis mundial del verde.

Sin embargo, aún las chicas de los barrios, aquellas particularmente agraciadas, miran con sus ojos grises y parecen añorar el color verde perdido.



Yo, ahora te pregunto; ¿Cuándo fue la última vez que viste el verde?"

"No sé Fulgencio", le contesto a mi enano matero.

"Aprovechen los colores que tienen. Nunca sabemos cuánto van a durar. ¿Si mañana desapareciera el azul, podrías seguir viviendo?"

Me tomo el mate y me quedo pensativo. Fulgencio tiene, cuando no, esa media sonriza en su boca.

Por alguna razón tengo muchas ganas de ir a mirar la vida.


Beso y chirlo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy lindo, como siempre...

no había notado el detalle de la mezca de colores...

interesante dato... muy interesante


besos!

Harry dijo...

no! con el verde no!! q con ojos grises no levanto una mina ni a punta de pistola!

genial chicho, es un gusto leerte.